miércoles, 7 de mayo de 2014

Sangre de Barro


Soy un apasionado de correr, o como está de moda decir ahora, del running, y siempre había echado en falta más libros sobre corredores, no sobre el deporte en general, sino sobre el atletismo en particular. Por ello, me he comprado los que he visto que podían satisfacer mis deseos. Como De qué hablo cuando hablo de correr, de Haruki Murakami, Correr, de Jean Echenoz o La Behobia, crónica de un desafío, de Koldo Bravo Goñi. Todos estos libros transmiten la pasión por correr, pero adolecen de acción.

Acción, precisamente, es lo que le sobra a Sangre de Barro, de Maribel Medina. Esta autora navarra, de 45 años, se estrena en el mundo del thriller y lo hace por la puerta grande. E incluso se podría decir que inaugura el subgénero del thriller deportivo. Porque no existen muchas novelas cuyo leit motiv sea el deporte y, más en concreto, el dopaje.

El dopaje vehicula la trama en Sangre de Barro. La corrupción lo inunda todo. Cuando un médico deportivo te marca tus propios límites en función del consumo máximo de VO2, sabes hasta dónde puedes llegar con tus marcas y hay algunos atletas que deciden sobrepasar esos límites para lograr la gloria. La pregunta que deja caer la novela es: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para conseguir la gloria?

Aparte del tema central de la obra, la autora introduce subtramas muy interesantes, como las relaciones, no siempre decorosas, del inspector irlandés de la Interpol Thomas Connors, que resulta muy competente en su trabajo pero tiene sus debilidades como todo el mundo. Es ahí donde más incide la narrativa de Maribel Medina, en las miserias humanas. Mientras otras novelas muestran personajes casi perfectos e intachables, Sangre de Barro ahonda, valga la redundancia, en el barro en el que se introducen sus personajes, y no siempre salen bien parados.



Salvo algún pasaje que me hubiera gustado que hubiese durado más o que hubiese profundizado más en el aspecto psicológico, la novela me ha enganchado desde los primeros capítulos, no muy extensos y que invitan a seguir leyendo, sobre todo cuando la investigación principal ya está en marcha.

A mi juicio, esta novela ambientada en una zona recóndita de Suiza y que incorpora otras localizaciones internacionales, da en el clavo y saca a colación un tema del que no muchos escritores habían osado enarbolar, el dopaje.

Deseo que este buen comienzo (la novela ya ha sido traducida a varias lenguas) se consolide y podamos leer más historias de esta brillante autora novel.


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