jueves, 27 de junio de 2013

Porqué ya no concibo ver algunos programas sin mi móvil

La televisión durante muchos años ha sido una actividad para ver en familia. Todos reunidos delante de la caja tonta y comentando lo que transmitían los pocos canales que se podían sintonizar. Hasta hace bien pocos años esto era así. Recuerdo el 'boom' del estreno de Gran Hermano en Telecinco en el año 2000. Yo estaba en la universidad y era tal la expectación que dejé una velada a medias con mis compañeros de clase para ir a casa y ver el llamado 'experimento sociológico' que la cadena de Mediaset nos brindaba.

En mi casa estaban todos igual de ansiosos por ver el nuevo reality show que iban a emitir... Al día siguiente no había quien no supiera qué pasaba con los concursantes de la casa, el último expulsado, las conversaciones entre los participantes... Todo ello era vox populi y se comentaba ampliamente. Pero no tenía la repercusión que tiene ahora y, sobre todo, la posibilidad de compartir a nivel global esas opiniones o comentarios.

Eso ha cambiado desde hace relativamente poco tiempo con las redes sociales y, más especialmente, con Twitter. De hecho, los canales lo saben e imprimen al igual que la 'mosca' de su logotipo, el hashtag para seguir su programa en esta red social. Ya cuentan con los seguidores y espectadores virtuales. Y tengo que reconocer que seguir un programa en Twitter es realmente divertido.

Hay contenidos que se prestan mucho más a esta nueva tendencia que otros. Las series de televisión, en mi opinión, no son uno de esos contenidos. ¿Por qué? Porque es de mal gusto dejar 'spoilers' sueltos para gente que todavía no ha llegado a dicho capítulo y que no le viene bien esa misma hora de emisión.

Pero hay otro tipo de contenidos y de programas que sacan chispas en las redes sociales. Por ejemplo, con el programa de la MTV de Gandía Shore, Twitter echó humo literalmente. Sobre todo en los primeros capítulos. Era un formato que ya se había experimentado con Jersey Shore y Geordie Shore, pero ver a esos 'personajes' en España y hablando español no tenía precio. El programa sacó a relucir una parte de la juventud real, por otra parte, pero que causa vergüenza ajena entre quienes no aspiran en la vida sólo a beber alcohol, montar fiestas y follar. Sin embargo, las andanzas de estos personajes se multiplicaban exponencialmente al existir una red social como Twitter para debatir, criticar o ensalzar a este modo de vida.

Lo mismo está pasando con un Príncipe para Corina, el programa de Cuatro en el que veinte chicos, divididos en los guapos, los únicos, los simpáticos y los nerds (frikis) se disputan el amor de una chica de 21 años, Corina, que fue reclutada por los productores del programa en una discoteca. Tal y como está montado el programa, se presta para los comentarios más ácidos, más hilarantes, y más descabellados sobre las técnicas de seducción y las situaciones rocambolescas de los pretendientes en su ánimo por conquistar el corazón de la bella 'princesa'.

Y lo mismo se puede decir de Masterchef, una arriesgada apuesta de TVE, que no tuvo mucha suerte en cuestión de audiencia en sus dos primeras emisiones pero que posteriormente se ha ido ganando el corazón de los telespectadores y de los tuiteros. Masterchef es un programa dirigido a un público más amplio que los dos anteriores y, posiblemente, con mayor nivel cultural. Pero tiene los mismos ingredientes que lo hacen atractivo para los tuiteros. Un premio en juego, protagonistas peculiares, pruebas de habilidad, cameos de famosos... Y un ritmo narrativo que te mantiene enganchado al televisor.

Para mí, los programas de televisión y las redes sociales, hoy por hoy se han convertido en algo perfectamente complementario y que se aportan valor mutuamente. De la soledad de ver la televisión en tu cuarto, hemos pasado a ver la televisión en un estadio gigante de fútbol y compartiendo las bromas o las chanzas de los personajes entre todos, aportando lo más selecto de nuestro ingenio. Porque una cosa está clara, criticar a los demás está en el ADN de los españoles y Twitter nos ha venido al pelo para ello. Nos lo han puesto en una bandeja de plata.

Nos leemos en Twitter en el próximo programa de Corina...

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